Historia

Historia de Rancho La Botija


     Hacia 1985 la finca donde se encuentra hoy Rancho la Botija, en la parte más alta (1000 m.s.n.m.) de la carretera entre San Isidro y Rivas, era dedicada a labores agrícolas: plantaciones de café, caña de azúcar y ganado de engorde.



     Debido al hallazgo de la piedra del petroglifo y múltiples entierros indígenas en la zona, se registró la finca en el Museo Nacional como sitio arqueológico Román.

     A raíz de esto, en 1995 se pensó en dar a conocer los valores precolombinos y coloniales de la zona en un ambiente de disfrute para las familias de este próspero cantón. Así surgió Rancho la Botija, nombre que obedece al hecho de que los indígenas que poblaron esta región (Chirripoes y Cabécares) dejaron múltiples huacas, botijas o “entierros de indios”, como los llamaron nuestros abuelos.

     Así pues nos dimos a la tarea de construir 11 acogedoras habitaciones, los salones de eventos, los lagos, la piscina y el restaurante, siempre pensando en la necesidad de crear un lugar para unir a las familias costarricenses. Hoy día nos visitan personas de todas partes del mundo y es un privilegio poder compartir una pequeña parte de nuestra historia con ellos también.



     Sumado a todo lo anterior está la majestuosidad del paisaje, las vistas hacia el centro de San Isidro y del Parque Nacional Chirripó, las hermosas aves multicolores que nos visitan cada mañana, y los bellos jardines que rodean nuestras instalaciones.

   18 años de haber abierto nuestras puertas, son muchas las personas que nos han visitado y les agradecemos profundamente su preferencia.

Si aún no nos conoce, ‘¡dése una vuelta!’ y con gusto le atenderemos.

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